25 de septiembre 2020
Que lleguen más mujeres al poder con menos obstáculos y que lo ejerzan es una lucha que en México y en muchas partes del mundo ha llevado décadas, reconoce la Mtra. Sofía Castro Guerrero durante su participación en el programa institucional “Diálogos en El Colegio de Sinaloa” con la conferencia: ¿Cómo afectan las normas y prácticas informales el papel de las mujeres dentro de la Cámara de Diputados?, el viernes 25 de septiembre de 2020.
Castro Guerrero señala que en nuestro país sí ha habido un enorme avance en cuanto al porcentaje de mujeres legisladoras en la Cámara de Diputados, por ejemplo: en el periodo 2012-2015 había un 37% de mujeres, para 2015-2018 la cifra fue de 42% de mujeres y en la actual legislatura, 2018-2020, podemos calificarla como la legislatura de la paridad con un 48% de mujeres en la Cámara.
La investigadora, al inicio de la charla, estableció el marco conceptual y explicó grosso modo cuáles fueron las teorías en las que se basó para hacer este análisis y apuntó que el neoinstitucionalismo “estudia las reglas y normas formales e informales dentro de las instituciones para ayudarnos a entender mejor los incentivos que permiten o limitan el comportamiento de los actores dentro de estas instituciones”.
Señaló que inspirada en esta teoría nace el neoinstitucionalismo feminista que incluye un componente de género en estas dinámicas y cómo estas tienen un impacto diferenciado para las mujeres. “Tenemos que recordar que el feminismo irrumpió en la ciencia política en la década de los 60, lo que hace el feminismo es agregar este componente de género en las teorías, como el caso del neoinstitucionalismo que nos dice que toda institución está cruzada por diferencias de género, que se manifiestan en procesos, prácticas y distribuciones de poder”.
La investigadora mostró que existe un régimen de género en la Cámara de Diputados que se traduce en diferentes dimensiones que son: las relaciones de poder generizadas, en este caso se refiere a quién ocupa la jerarquía organizacional que ha beneficiado la masculinidad, en el caso de la Cámara de Diputados, vemos como las presidencias de las comisiones, son principalmente ocupadas por hombres, en especial la JUCOPO ―Junta de Coordinación Política—; divisiones del trabajo por género que en el caso de la Cámara se refiere a como la asignación del número de mujeres integrantes de ciertas Comisiones podría responder a un estereotipo de género, como la presencia mayoritaria de mujeres integrantes en Comisiones de Igualdad, Derechos de la Niñez y Atención a Grupos Vulnerables. y la dimensión de género de la cultura y el simbolismo: creencias y actitudes prevalecientes sobre el género.
Castro Guerrero puso varios ejemplos en los cuales se pueden percibir estas barreras en el ejercicio del poder de las mujeres legisladoras, aunque revela no es un asunto exclusivo de México, en otros países como el Reino Unido no hay paridad de género a pesar de lo que pudiéramos pensar.
Entre sus conclusiones argumentó que el camino todavía es largo, se ejerce mucha presión social hacia la mujer para que desista en su empeño de escalar en las posiciones políticas, pero, como señaló en un inicio, en este país existe ya una legislatura de la paridad y eso es ya un avance, ahora el camino es cuesta arriba.