30 de noviembre de 2023.
Ante un entusiasta público estudiantil, la Dra. Diane Gendron —investigadora del CICIMAR-IPN— impartió la conferencia: Navegando en contra de la corriente, siguiendo a las ballenas azules, el miércoles 29 de noviembre del año en curso, en las instalaciones del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios No. 224, de Culiacán.
En la actividad —enmarcada en el programa Con C de Ciencia— estuvo presente el Dr. José Enrique Villa Rivera, miembro de El Colegio de Sinaloa, así como la subdirectora académica del plantel, Mtra. Anali Vega Espinoza, en representación de Lic. Francisco Javier Avilez Morales, director del CBTis 224.
Previo a la conferencia, Enrique Villa Rivera exhortó a los estudiantes a prepararse académicamente, por lo que un comienzo podía ser aprovechar programas similares a Con C de Ciencia que buscan motivar a estudiantes de bachillerato en la ciencia, al igual que mostrarles diferentes posibilidades de carreras profesionales. “No hay ninguna limitación para ustedes, la única limitación está en la cabeza; por eso desde El Colegio de Sinaloa desde hace siete años hemos venido organizando estas pláticas, lo que queremos es que ustedes piensen que pueden hacer lo que ustedes decidan”, comentó.
Por su parte, Diane Gendron enfatizó en estimular la curiosidad, en realizar cuestionamientos sobre el entorno, “si ustedes son bien preguntones, cuidado porque muchas veces esto les lleva a ser científico”. Compartió que a los 16 años empezó a viajar a través de todo su país natal —Canadá— hasta que decidió plantearse un objetivo para su próximo viaje. Así fue cómo llegó a ser voluntaria en un barco que estudiaba ballenas, “pero lo que a mí me interesaba era el mar, la marea, entender cómo es vivir ahí; y entonces el mar me llevó a las ballenas”.
En Loreto, Baja California Sur, realizó su maestría donde buscaba demostrar que la ballena azul sigue alimentándose aún en una zona de reproducción, contrario a lo que se dice sobre que comen durante el verano en el hemisferio norte y que cuando se trasladan a México a reproducirse, no se alimentan.
Además, abordó otra de sus líneas de investigación, respecto a cuántas ballenas entran al Golfo de California y llegó a la resolución de que “en el Golfo de California llegan muy pocas ballenas en comparación con la cantidad de ballenas que hay en el Océano Pacífico noreste. La conclusión es que no era el único lugar de crianza, sino que debe de haber otros”.
Durante su conferencia, explicó cómo identificar a una ballena de otra, por ejemplo, con la aleta dorsal, que puede estar curveada o marcada, y cada una tiene diferente pigmentación, desde blanco a gris. “Miramos las manchas y es como un rompecabezas, esas manchas nunca cambian desde la etapa de cría hasta morir”, detalló que así siempre saben qué individuo es.
También midieron algunas ballenas, dijo que la de menor tamaño era una cría de 7 metros, y la más grande, una hembra de 29 metros. Expuso que las ballenas hembras son de mayor tamaño que los machos, debido a que entre más gorda y más grande va a producir mejor alimento para su cría y, a su vez, defenderla de las orcas, su principal depredador.
Diane Gendron determinó que para estudiarlas se enfocan en tomar muestras como biopsias de piel y grasa con el objetivo de hacer pruebas de contaminación y análisis moleculares para determinar a nivel genético, si es hembra o macho. Asimismo, destacó la importancia de la materia fecal que depositan las ballenas, puesto que a partir de ella pueden estudiar, por ejemplo, los parásitos que pueden tener en sus intestinos; de la misma manera, estudian el soplo para medir los patógenos de sus pulmones.
Entre sus conclusiones, la especialista en cetáceos mencionó que “el Golfo de California es un área única en el mundo, por las actividades de las ballenas; desde la reproducción, la alimentación y la crianza. La zona es sumamente importante para la sobrevivencia de la especie”.
Por esa razón, compartió a los jóvenes el trabajo en conjunto con la población de Loreto para establecer un equilibrio entre la actividad turística de observación de ballenas y no perturbar a la especie. A partir de conferencias y pláticas informativas por parte del equipo de Diane Gendron, fue que los pescadores de Loreto empezaron a observar las ballenas con el motor apagado, en consecuencia, las ballenas no se estresaban por la presencia humana y, además, permanecían más tiempo nadando alrededor. “Ellos lo llaman el método pasivo, primera vez hecho y único en el mundo, y es producto de los pescadores de Loreto”, expresó.
Respondiendo a diversas preguntas de los estudiantes, la académica habló del papel que tiene la ballena en el ecosistema marino, ya que al alimentarse, por ejemplo, de kril —el cual se encuentra a una mayor profundidad— y al depositarlo como heces cerca de la superficie, donde entra la luz, estos desechos sirven de nutrientes para el mar, por lo que Diane Gendron dijo que las ballenas son como los jardineros del océano, que utilizan su misma composta para nutrirlo.
Para cerrar la plática, Diane Gendron señaló que el título de su conferencia se debe a que en muchas ocasiones tomó decisiones contra la corriente y aunque duden de sí mismos, invitó a los estudiantes a confiar en ellos y en su intuición.