6 de noviembre
Con el tema: Los símbolos religiosos en el cine mexicano desde el cine mudo hasta la década de 1950, la Dra. Alejandra Gómez Camacho fue invitada en el ciclo Diálogos en El Colegio de Sinaloa, el viernes 6 de noviembre de 2020. En una interesante videoconferencia que se transmitió vía YouTube y Facebook institucionales, señaló que en la década de los años 30 la sociedad mexicana no era tan conservadora, a diferencia de lo que creemos hoy en día, además de contar que está trabajando en un libro en el que incluirá hasta la época de Luis Buñuel en el cine.
La especialista explicó que la historia de la civilización no se entendería sin el fenómeno religioso que ha sustentado el pensamiento, básicamente en las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo; construcciones culturales que han sido fundamentales para la filosofía del arte.
En el transcurso de la videoconferencia, la maestra en Historia del Arte presentó una serie de fotogramas y explicó cuál era la simbología religiosa que cada director quiso representar en ellas. La primera fue de una película que se filmó en 1917, titulada “Tepeyac”, de José Manuel Ramos y Carlos E. González, un filme que recientemente fue restaurado por el maestro Aurelio de los Reyes, que está basada en La fiesta de Guadalupe, de Ignacio Manuel Altamirano, y también en el texto La historia de las apariciones marianas, del presbítero Luis Becerra Tanco: “es importante hacer hincapié que la representación iconográfica en el cine de principios del siglo XX, que es cuando surge la cinematografía, tiene que ver con los cuadros religiosos que el espectador estaba acostumbrado a ver, los virreinales y los que venían del Renacimiento europeo”, señaló.
Entre otros ejemplos, en donde abundan los símbolos religiosos, aunque las películas no abordan temas religiosos son: la película Santa, dirigida por Antonio Moreno, que es una historia basada en la novela de Federico Gamboa, filmada en 1932 que trata de la pecadora redimida; la película Dos monjes, de Juan Bustillo Oro, filmada en 1934, y este filme en particular tiene muchos rasgos del expresionismo alemán, con una trama que mezcla un alma en pena, el inconsciente del bien contra el mal y la superposición de los planos del sufrimiento interno. Otro ejemplo fue Gangsters contra charros, de Juan Orol, de 1948, que no es precisamente una película religiosa, sin embargo, para el ojo experto, está inundada de símbolos religiosos, mencionó.
La Dra Gómez Camacho explicó que en aquella época en la que el cine acababa de inventarse como lenguaje nuevo, “el cine retoma y resignifica la iconografía visual a la que el pueblo mexicano estaba acostumbrado, todas las estampas de los catecismos, los cuadros de las iglesias; pero, lo que es importante de esta parte de tomar los significados, es que los significados cambian y se van haciendo activos, sino quedarían como edificios viejos”, puntualizó que es el caso de antiguos templos que son escenarios de múltiples películas.
Al cuestionarle si el uso de la luz era con un propósito determinado o si su uso era fortuito, la investigadora explicó que el cine es luz, sombra, manejo del espacio y que a principios del siglo XX era lo que se conocía y se tiene la idea que la luz está directamente relacionada con lo sagrado, por esa razón veíamos determinada iluminación para enfatizar lugares, momentos y personajes.
La doctora Gómez Camacho ofreció un panorama interesante de los símbolos religiosos en el cine mexicano en tres líneas temporales: la representación en los inicios del cine mexicano, el expresionismo alemán y los años cincuenta; asimismo contó que está trabajando en un libro en el que incluirá a Buñuel, conocido transgresor en la temática cinematográficamente hablando, y que pronto verá la luz.