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El sueño de los farmacéuticos es crear sistemas de liberación controlada: Yareli Rojas Aguirre

31 de marzo de 2022.

Invitada a inaugurar la edición 2022 del programa Ciencia en Directo auspiciado por El Colegio de Sinaloa, la Dra. Yareli Rojas Aguirre impartió la conferencia: De nanomedicina y otras tecnologías, el jueves 31 de marzo a través de Zoom y Facebook institucionales.

En principio, Yareli Rojas definió la nanomedicina general como la combinación de nanotecnología y medicina. Expuso que la nanomedicina es la aplicación de la nanotecnología al tratamiento, diagnóstico y prevención de enfermedades, así como la aplicación de los procesos patofisiológicos que intervienen en el origen y curso de una enfermedad determinada a nivel celular y molecular.

La investigadora explicó que para facilitar el estudio de la nanomedicina se divide en tres campos: diseñar estrategias terapéuticas, la investigación en sistemas de diagnóstico y la medicina regenerativa. Dentro del primer campo, se desarrollan los sistemas de liberación de fármacos, en el cual se basa su estudio.

Destacó que el sueño de los farmacéuticos es crear sistemas de liberación en los que esos mismos sistemas puedan identificar el sitio a dónde llegar y ejercer su efecto únicamente en el blanco terapéutico, es decir, crear sistemas de liberación controlada. Para esto, son necesarios los nanomateriales, los cuales acarrean el fármaco hasta el sitio deseado de manera controlada en el tiempo; asimismo, el sistema de liberación sabe a dónde llegar y cómo actuar. A esto se le conoce como: liberación de fármacos inteligentes o smart drug delivery, expresó la investigadora.

La clasificación de los nanomateriales se divide de acuerdo a su naturaleza física: inorgánicos, las nanopartículas metálicas y cerámicas; orgánicos: lipídicos y poliméricos; y los derivados del carbón, nanotubos, grafeno y fullereno. Rojas agregó que en cuanto a la liberación controlada los hay de tipo temporal y espacial.

Sobre la primera, expresó que “si nosotros creamos sistemas con control temporal es porque estamos induciendo un estímulo que detone la liberación, esto se conoce como liberación estímulo-sensible”. Señaló que en este tipo de liberación se pueden utilizar estrategias que ya se usan en la medicina como el ultrasonido o el láser que, en su combinación con un nanomaterial adecuadamente diseñado, es posible la creación de sistemas en los que se logre el control temporal. En otras palabras, una vez administrado el sistema, el fármaco se liberará únicamente en el momento en el que uno lo decida.

Por otra parte, la liberación espacial se logra modificando la superficie del nanomaterial para que identifique a un receptor (célula blanco) que esté expresado en la célula enferma. La académica detalló que esta liberación permite darle especificidad al sistema y, con ello, reconocer sólo ciertos aspectos de las células enfermas y así evitar que el sistema se distribuya en células sanas causando efectos secundarios, como es el caso de las quimioterapias.

Asimismo, la Dra. Rojas Aguirre explicó que no únicamente se puede controlar la liberación en tiempo y espacio, sino también monitorearla, es decir, saber dónde se está liberando en tiempo real, sea en un tejido o célula en especial.

Comentó que la tendencia en los nuevos fármacos son aquellos derivados de proteínas, péptidos, anticuerpos, terapia génica (ácidos nucleicos) e inclusive células completas. “Con la nanomedicina, los nanomateriales, podemos crear sistemas que encapsulen a este tipo de fármacos que son súper inestables, los protejan y los entreguen a donde tienen que llegar”, expresó la investigadora.

Destacó que los nanomateriales permiten encapsular a más de un fármaco, de esta manera se evita lo que se conoce como polifarmacia. También utilizar los nanoacarreadores mejora la solubilidad en agua de algunos fármacos.

Yareli Rojas indicó que la nanomedicina sí ha tenido éxito y hay, hasta el 2020, 23 fármacos aprobados por la FDA (en Estados Unidos) y 4 en fases clínicas, entre los que resaltan los liposomas, los sistemas a base de polímeros y las nanopartículas metálicas. Como caso de éxito, mencionó el nanofármaco llamado Doxil —liposoma que contiene en su interior doxorrubicina— utilizado para el cáncer de ovario y el sarcoma de Kaposi; explicó que el éxito de este sistema consiste en reducir los efectos adversos de esta quimioterapia como la caída del cabello.

Ante la cuestión de qué hacer para lograr los avances que se quieren en la nanomedicina, respondió que existen dos opciones: crear sistemas más complejos —aquellos que controlan la liberación temporal y espacial, además de poseer muchos componentes—; o retomar sistemas sencillos —de simplicidad estructural— y estudiarlos a fondo.

Finalizó señalando que en el Instituto de Materiales de la UNAM ellos se van por la vía de la simplicidad, donde monitorean a los nanosistemas complejos y los desarman de tal manera que toman dos o tres componentes para estudiarlos. La Dra. Rojas expresó que trabajan con la molécula Ciclodextrina, que sirve como excipiente en formulaciones farmacéuticas.

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