19 de mayo 2021
Con el objetivo de preservar y valorar el legado que dejaron los jesuitas, principalmente en Zacatecas, la Dra. Emilia Recéndez Guerrero y la Mtra. Aída Martínez Olivares presentaron la conferencia: Dos miradas a la expulsión de los jesuitas en Nueva España: José de Escobar (escribano) y Francisco Javier Alegre (S. J), en la 24° edición del Seminario la Religión y los Jesuitas en el Noroeste Novohispano, el miércoles 19 de mayo a través de la plataforma digital YouTube.
La Dra. Emilia Recéndez inició con la descripción de la expulsión de los jesuitas desde la perspectiva del escribano José de Escobar, quien realizó el inventario del legado de los jesuitas.
Asimismo, señaló que Felipe de Nevé fue el comisionado para la expulsión de los jesuitas y quien contactó al corregidor de la ciudad Cosme Sánchez de Souza y al escribano José de Escobar. El suceso inició en la noche del 25 de junio de 1767 donde soldados se apostaron en las calles del Colegio de la Compañía y de San Luis Gonzaga.
La historiadora finalizó su participación con el recorrido que hicieron los jesuitas en su destierro desde Zacatecas a Orizaba, de ahí a Veracruz hasta La Habana y finalmente a Bolonia donde se les perdió el rastro. “Los jesuitas salieron de Zacatecas rumbo al destierro, quienes por más de dos siglos habían dado servicios religiosos y educativos dejando importante legado material, espiritual y educativo”.
Posteriormente, la Mtra. Aída Martínez continuó con la perspectiva de otro personaje importante como Francisco Javier Alegre, quien fue comisionado por la Orden para escribir la Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús en Nueva España, donde reunió 185 años de presencia jesuita en esta región. Sin embargo, debido a la expulsión de los jesuitas su trabajo no fue publicado hasta 1841 por Carlos María de Bustamante, explicó la investigadora.
Señaló que su análisis se centra en la obra de Javier Alegre, Memorias para la Historia de la Provincia que tuvo la Compañía de Jesús en Nueva España (1770), resultado de reescribir la obra anterior durante su exilio en Bolonia. Asimismo, indicó que esta obra se inscribe en lo que Inmaculada Fernández denomina como literatura del exilio, caracterizada como autobiográfica y clandestina; además, “los textos se convirtieron en un hilo comunicante e identitario entre los religiosos expulsos”, apuntó.
La investigadora agregó que “el relato de Alegre desde el exilio contrasta la perspectiva de la Orden y su legado frente a los intereses de la Corona y de la alta jerarquía eclesiástica”.
La obra sigue los antecedentes del ambiente anti jesuita reinante de Europa, los sucesos de la expulsión de la Compañía y hace explícita la ejecución del Real Decreto. “El contenido lo presenta mediante situaciones contrastantes frente a la violencia con que los jesuitas eran obligados a abandonar su terruño, sus colegios y casas; también estaban las muestras de cariño y la devoción de sus discípulos y fieles”.
Para finalizar, la Mtra. Aída Martínez expresó que los relatos de los jesuitas exiliados fueron considerados literatura prohibida, siendo las Memorias para la Historia una obra donde se reescribe el legado histórico de la Compañía y se postulan las injusticias cometidas contra su Orden.