Durante su conferencia Educación Superior en Iberoamérica. Una revisión, celebrada en la Universidad Tecnológica de Culiacán el viernes 31 de enero del año en curso, el Dr. José Enrique Villa Rivera —miembro de El Colegio de Sinaloa—aportó un amplio panorama de cómo se encuentra la Educación Superior ante un nutrido grupo de estudiantes y docentes de esa institución, donde estuvo acompañado por su rector el Mtro. Marcial Arrambi Díaz.
A manera de contexto, presentó la evolución que ha tenido la educación superior y comentó que la Universidad moderna tiene una larga historia, al haberse creado en Bolonia en 1088, hace 932 años. Posteriormente sería la Universidad de Salamanca en España en 1218, hace 800 años; también señaló que en Hispanoamérica sería la Universidad Mayor de San Marcos en establecerse en Lima en 1557, hará unos 469 años, para finalmente presentar el caso de México con la Real y Pontificia Universidad de México en 1553, hace 467 años. En ese sentido, explicó que sólo dos instituciones prevalecieron ante los avatares de los cambios: la Iglesia y la Universidad, adaptándose a los cambios económicos y sociales.
De esa forma, llegó el punto de exponer sobre la cobertura en educación con datos de 2017, dijo que ésta es la que se obtiene entre el número de estudiantes de 18 a 22 años que se encuentran matriculados en algún centro de educación superior, destacando que es en los países industrializados donde se ha avanzado en mayor cobertura, particularmente en Europa Central y Oriental, América del Norte y Europa Occidental, así como en Asia Oriental y el Pacífico. Identificó la correlación que existe entre el grado de desarrollo de un país y el acceso de los estudiantes a la universidad, pues en los países desarrollados se logra una taza del 80 por ciento de cobertura más o menos.
Al explicar que un joven que estudian cuenta con una calidad de vida y mayores oportunidades de desarrollo, el Dr. Villa indicó que en general la tendencia del crecimiento en educación superior ha sido positiva; no obstante, reconoció que en México y en América Latina todavía falta hacer más para avanzar en incrementar la tasa en la matrícula y también señaló que ha aumentado el nivel de posgrado. De la misma forma, añadió que en países como Argentina, Perú y México se tuvo un crecimiento del 60 por ciento de estudiantes en educación superior, pero reconoce que la realidad de este crecimiento no es igual. En América Latina se buscó que la educación pública se multiplicara, pero en países como Chile las instituciones privadas en educación superior son las que predominan. En México, en los últimos ocho años la educación privada creció bastante, pero ésta cuesta.
El Dr. Villa Rivera encuentra las asimetrías más importantes en la eficiencia terminal y en las áreas donde se gradúan los estudiantes de los países ricos y los menos desarrollados; en estos últimos, los jóvenes cursan más estudios en ciencias sociales y en humanidades, en contraste con los países del primer mundo que eligen ingenierías y tecnologías, pues son las que generan valor para el desarrollo de un país.
Señaló que anteriormente la tendencia mundial del desarrollo económico medía la riqueza por el número de recursos naturales como petróleo, minas, o la industria de la transformación. A partir de hace 50 años esto ha cambiado, el escenario mundial está basado en el CONOCIMIENTO, para ello citó el caso de Singapur, Finlandia o Noruega que entendieron que no podían depender sólo de sus recursos naturales y hoy se encuentran dentro de las primeras economías del mundo. En contraste están países como España y Portugal que —si bien son países con universidades más antiguas— están por debajo de los antes mencionados.
En contraste, citó el caso de los Estados Unidos y sus universidades que fueron fundadas mucho tiempo después y ahora son las más importantes del mundo; tan solo 16 de ellas se encuentran en el ranking mundial de las 20 mejores, en este proceso el legado cultural fue determinante. El Dr. Villa enfatizó que la Universidad funciona como agente de cambio y mejora la calidad de vida y la formación en educación agrega valor al ser humano.
Subrayó que, si no crece la economía de un país, no hay empleos por lo que ¿en dónde trabajarán los jóvenes egresados de las universidades si no hay empresas, industrias o el sector de servicios para contratarlos? En ese sentido criticó la política pública del actual presidente de México en relación a que dice no importarle el crecimiento económico, sí debería pues las becas y la educación de calidad requieren de dinero que es captado de los impuestos y del ISR de los contribuyentes, y si la economía no crece, los impuestos tampoco y la educación continuará rezagada en el país.
Fotografía: Universidad Tecnológica de Culiacán/Carlos Francisco Vega