Son muchas las instancias que permiten suponer que la relación entre México y Estados Unidos puede ser eficaz y con resultados positivos para ambos países. Pasar revista a cada una de ellas es complejo, pues no siempre lo permiten las situaciones conflictivas o el entendimiento diferente frente a un mismo fenómeno. La elección de Joe Biden presenta rasgos muy especiales, pues la situación en que está recibiendo el país es muy diferente a la de épocas anteriores. Primero, por el conflicto en el Capitolio, hecho bochornoso promovido, provocado y azuzado por el presidente Trump, y luego por la conducta del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien no sólo retrasó la felicitación a Biden por su indudable triunfo electoral, sino que con sus comentarios, en defensa de Trump, sobre las limitaciones a la libertad de expresión, prácticamente avaló sus dichos de que la censura en las redes sociales es inadmisible, sin tomar en consideración lo que esto significa en una crisis tan grave, y contradiciendo al presidente Biden, quien acusó a Trump de incitador a la insurrección y de incurrir en actos de sedición. Por ello, lo que hoy tenemos con Estados Unidos es una comunicación fracturada.
Hay instancias que ayudarán a revertir las probabilidades de conflicto. En primer lugar, las reuniones presidenciales, que permiten comentar problemas agudos y acelerar procedimientos y búsqueda de objetivos, como fue el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Está también la Comisión Binacional, en cuyo interior se reúnen periódicamente dieciocho grupos de trabajo y otros contactos de alto nivel, y donde se ventilan los problemas que se van a mencionar posteriormente. Entre las comisiones que han formado parte de este instrumento están las de deuda externa, migración, narcotráfico y seguridad, comercio e inversión, medioambiente, educación y opinión pública. Además de la Comisión Binacional, funcionan regularmente las reuniones interparlamentarias, las conferencias de gobernadores fronterizos y otras que tienen carácter binacional y que se desarrollan en el largo plazo con una temática especial y que dan lugar a publicaciones especializadas y documentos de gran valor.
Hoy en día tenemos una gran cantidad de publicaciones especializadas y también de instituciones cuyo campo de estudio es la relación bilateral México-Estados Unidos; como es de suponerse, muchas de ellas se encuentran dentro de instituciones de educación superior. Por supuesto, sobrepasan a las universidades mexicanas las que, desde los Estados Unidos, abordan los abordan los asuntos de la relación bilateral dando preferencia a temas muy específicos como el de la migración y los asuntos fronterizos. Hay que hacer mención especial de los trabajos conjuntos, algunos de los cuales merecen mayor atención como The Challenge of Interdependence (Report of the Bilateral Commission on the Relations) y el Estudio Binacional México-Estados Unidos sobre Migración.
José Ángel Pescador Osuna, fragmento, Revista IBERO, febrero-marzo de 2021, no. 72.
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