13 de noviembre de 2020
Para explicar cuáles fueron las estrategias museísticas que se establecieron ante la llegada de la pandemia del COVID19, señalando que ya tenían dos exposiciones temporales que tuvieron que suspender y cómo fue que resolvieron esta problemática para llegar al público ahora desde las diversas plataformas streaming, Gibrán de la Torre, encargado del Museo Arqueológico de Mazatlán, participó en el marco del ciclo Diálogos en El Colegio de Sinaloa, durante la videoconferencia que se transmitió vía YouTube y Facebook institucionales el viernes 13 de noviembre de 2020.
Durante la plática, el arqueólogo habló sobre los procesos de adaptación del Museo Arqueológico de Mazatlán, desde la crisis inicial por el COVID-19, los procesos adaptativos y la planeación de actividades, hasta la cristalización de un modelo efectivo que mantenga, por una parte al Museo Arqueológico de Mazatlán en el ánimo de su público asiduo, su vocación educativa y de difusión, así como la generación de un modelo a través de redes sociales, que no sólo permita que el museo continúe (sin museo) sino que además difunda los resultados de investigaciones locales sobre historia y arqueología a un público nacional.
El encargado del Museo expuso que tuvieron que replantear un modelo que les permitiera continuar con las tareas sustantivas del Instituto ―la investigación, la protección y la difusión del patrimonio arqueológico, histórico y paleontológico― aunque reconoció que cuentan con muy poco personal, él como encargado del Museo y la arqueóloga Paola Martínez, en el área de Comunicación Educativa, se abocaron a la difusión, ya que en la presente circunstancia las redes sociales fueron de gran ayuda y en esta labor se apoyaron en el programa Contigo en la Distancia, creado por la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal.
Con ese antecedente y con la finalidad de llegar a la mayor cantidad de personas —jóvenes, niños y adultos— se tomó la decisión de mudar el museo a las redes sociales, lo que el arqueólogo reconoció como un proceso de experimentación en el que hicieron su mejor esfuerzo. Admitió que, a pesar de todas las limitaciones, se pusieron a trabajar y se les ocurrió, en primera instancia, crear memes usando figuras arqueológicas y frases alusivas al programa federal, que tuvieron que pasar por múltiples filtros para finalmente ser avalados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y así se empezaron a crear diversos tipos de contenido virtual.
Gibrán de la Torre explicó que este proyecto tiene el propósito central de mostrar la gran riqueza con la que cuenta nuestro estado, por encima del cliché de lo que es el “ser sinaloense”, o de la visión que tiene el resto del país acerca de nuestro estado, que en la mayoría de las ocasiones se limita al narcotráfico y a la violencia generada por un pequeño sector poblacional, pero de gran impacto mediático. Precisamente, cada proyecto que desarrollaban tenía que ser revisado y autorizado por el Área de Difusión del INAH, reconoció que también fueron ampliamente apoyados por INAH TV y, por supuesto, debe ser revisado por el Área Normativa que hace correcciones para que este material represente lo que el instituto es y lo que este instituto representa, posteriormente ellos lo envían a la Secretaría de Cultura y cuando ellos autorizan es entonces cuando ya se puede publicar en las redes sociales.
El arqueólogo aseguró que este proyecto es muy importante para ellos y piensan mantenerlo a futuro pues ya comprobaron que tiene presencia y gran aceptación entre la gente, “por estas razones ahora debemos continuar y diversificar nuestra oferta cultural y nuestra oferta mediática”. Explicó cómo fueron las etapas por las que pasó el proyecto y la primera de ellas consistió en publicar material de concientización y poner de su parte para que la gente se quede en casa, uno de ellos fue muy exitoso y alcanzó más de 75 mil interacciones, a pesar de ser un “meme”, institucional, pero “meme” al fin.
La segunda etapa fue divulgación de material educativo y de apoyo a clases (estudiantes de nivel básico), entre publicaciones y dinámicas dirigidas al público infantil, que consistió en dibujos y sopa de letras con el objetivo principal de promover el mensaje #QuédateEnCasa que tuvo gran aceptación y pudieron constatar el alcance de estas publicaciones ya que recibieron más de 200 dibujos que los chiquillos les hacían llegar. Aunque el arqueólogo reconoció que la aceptación de las publicaciones disminuyó, lo que les ayudó a explorar nuevas posibilidades porque sabemos que las redes sociales se rigen por “likes”, así que fue una labor de aprendizaje y exploración de nuevas áreas de oportunidades.
La tercera etapa consistió en buscar el apoyo de las familias para lo que idearon dos publicaciones: el juego del patolli ―juego prehispánico de mesa―y una dinámica de bordado, éstas tuvieron gran aceptación, por ejemplo, el juego de patolli tuvo un alcance de más de 18 mil personas y más de mil 200 interacciones. No obstante, reconoce el investigador, observaron que había un medio más útil para llegar a la gente y empezaron a investigar cómo crear cápsulas documentales, lo que representó un reto ya que tuvieron que empezar casi desde cero. En primer lugar, se dieron a la tarea de buscar tutoriales en YouTube, aprender e investigar, y así fue como arrancó la cuarta etapa: el material audiovisual.
Para finalizar, Gibrán de la Torre reconoció “que las redes sociales son otro mundo que se rigen por reproducciones, que se rigen por interacciones, que se rigen por likes”, así nació el proyecto permanente de Comunicación Educativa de generación de contenidos audiovisuales y hasta el momento se han producido tres audiovisuales: Ornamentos prehispánicos en Sinaloa, La pesca y las salinas en el sur de Sinaloa y Duranguito, tradiciones funerarias del río Piaxtla. Con estos trabajos, señaló De la Torre, se dieron cuenta que podrían tener dos vertientes muy importantes: en lo local, a través de Facebook y YouTube, y en lo nacional gracias a las plataformas de YouTube e INAH TV institucionales con lo que se abrieron a un público más amplio y mostrar que Sinaloa tiene una riqueza cultural, antropológica e histórica digna de compartir, concluyó.