Skip to content Skip to footer

Si como estudiosos del imaginario detectamos alguna anomalía, no hay que normalizarla, hay que corregirla: José Gaxiola López

22 de septiembre del 2023.

Con el propósito de impulsar la reflexión y el interés por las representaciones sociales en la comunidad sinaloense, el Dr. José Gaxiola López —miembro de El Colegio de Sinaloa— impartió la conferencia: Mirada crítica a la construcción de imaginarios, en la sala audiovisual del Museo Regional del Valle del Fuerte, el jueves 21 de septiembre del año en curso.

La actividad contó con la presencia del presidente de El Colegio de Sinaloa, Mtro. Élmer Mendoza; la directora general del Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC), unidad Ahome, Gladis Aidé Gastélum Barreras; el director de Museos y Patrimonio del Museo Regional de Valle del Fuerte, Andrés Sánchez Valencia, así como público en general. Cabe mencionar que esta actividad fue coordinada con el Instituto Sinaloense de Cultura y el Museo Regional del Valle del Fuerte.

Para iniciar con su disertación, el Dr. Gaxiola señaló la importancia de analizar la construcción del imaginario social en la actualidad, ya que nos encontramos rodeados de imágenes y representaciones que nos permiten entender, desde diferentes perspectivas, el mundo en el que nos desarrollamos. Mencionó que durante el periodo marxista solía entenderse a la sociedad, únicamente, a través de sus sistemas económicos, dejando de lado las diversas representaciones del imaginario colectivo. “No se podía explicar la sociedad desde el punto de vista de la imagen, dado que se consideraba a la imaginación como una construcción sentimental y subjetiva del mundo, de modo que se creía que a través de ella se distorsionaba la realidad”.

Como ejemplo de esta distorsión de la imagen mencionó al pintor español y creador del cubismo, Pablo Piccaso, ya que: “para entenderlo, es necesario realizar un ejercicio de análisis y reflexión, tal y como se hace para entender el imaginario”, agregó.

Posteriormente, el Dr. Gaxiola afirmó que el inminente colapso del socialismo en la Unión Soviética fue un parteaguas para el estudio del imaginario, ya que una serie de pensadores —entre los que se destaca Aleksandr Solzhenitsyn, con su obra Archipiélago Gulag— iniciaron una campaña crítica hacia este sistema que ignoraba todas aquellas representaciones sociales alejadas del punto de vista económico.  Explicó que había lugares en los que, a pesar de que la sociedad estaba colapsada económicamente, lograba mantener su unidad, su cohesión. Por lo que surgieron las siguientes interrogantes: ¿Qué es lo que mantiene a esta sociedad viva? y ¿Qué es lo que mantiene su unidad?

El Dr. Gaxiola aseguró que aquello que impulsaba a estas sociedades era, precisamente, el imaginario, es decir, un conjunto de imágenes y elementos simbólicos que representan a la población y con los cuales se identifican, imágenes en las que todos y todas desembocan y tratan de imitar o de venerar, como en el caso de una religión en común, por ejemplo.

Añadió que, desde la perspectiva de Serge Moscovici —quien más adelante retoma las aportaciones de Solzhenitsyn— estas creencias y simbolismos que configuran el imaginario colectivo, así como las distintas representaciones sociales, determinan el comportamiento religioso, político y cultural de los sujetos. Un ejemplo claro es la carta constitutiva de la Independencia de México, titulada Sentimientos de la Nación. “Este documento es el imaginario que trataba de construir José María Morelos y Pavón en torno a la sociedad mexicana y su comportamiento durante la guerra de Independencia”, afirmó.

Entre sus conclusiones, el Dr. Gaxiola señaló que el estudio del imaginario se divide en dos corrientes: aquella que únicamente describe a la sociedad, encabezada por Gilbert Durand, Manuel Baeza, entre otros académicos; y aquella que, si bien, describe las diversas representaciones sociales, se enfoca en la posibilidad del cambio, de la transformación. Esta última propuesta realizada por Cornelius Castoriadis, traspasa las fronteras de lo descriptivo y tiene como objetivo principal detectar anomalías en la configuración de la sociedad para, posteriormente, modificar todo aquello que no funciona. “Si como estudiosos del imaginario detectamos alguna anomalía, hay que corregirla. Por ejemplo, al encontrar un gran comportamiento de machismo, hay que señalarlo, porque las corrientes de pensamiento actuales son distintas. Lo mismo si detectamos un alto índice de robos; no hay que normalizarlos, sino darle espacio al cambio”, concluyó el académico.

Deja un comentario