11 de diciembre de 2024.
Los investigadores Dr. Víctor Javier Pérez Montes, Dr. Zachary Campbell y la Lic. Hilda Vanessa Galindo Castro participaron en la Mesa 3: Creencias y transformaciones sociales en el Noroeste mexicano en la segunda mitad del siglo XIX, el miércoles 4 de diciembre del año en curso, a través de plataformas digitales institucionales. La actividad formó parte del Primer Seminario Internacional Religión y Secularización en el Noroeste de México, coordinado por el miembro de El Colegio de Sinaloa, Dr. Roberto Blancarte.
Víctor Javier Pérez Montes. La Iglesia católica en Mazatlán 1861-1877: El debate entre lo sacro y lo mundano.
Para iniciar su participación, el investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Víctor Javier Pérez, mencionó que en 1861 se estableció en el país un nuevo orden que correspondía a la separación de la Iglesia del Estado. Compartió algunas características de las condiciones para una Iglesia católica mazatleca: entre 1836-1854 no existía un ministro culto católico en el puerto; y que la feligresía mazatleca (porteños) eran pobres y no podían pagar las cuotas de los servicios espirituales y su actitud era de ‘poco interés’ en cuanto a la religión. No obstante, indicó que para 1842 se finaliza la construcción del primer templo.
Señaló que “aún cuando la Iglesia en Mazatlán no tenía un gran arraigo por parte de la población, empieza a haber un cambio significativo a partir de los sesentas y setentas: hay un ordenamiento citadino, empiezan a darse una serie de colonias extranjeras y, con ello, otro tipo de situación con respecto a la Iglesia”.
El académico concluyó con datos importantes como el reglamento de policía en 1861 que establece un acatamiento homogéneo de los deberes hacia el orden público, estando adscrito a éste también los establecimientos piadosos.
Zachary Campbell. El Apocalipsis de santa Teresa: Tomóchic! Redención!, como pensamiento del destierro.
Zachary Campbell, de Farmingdale State College-SUNY, centró su disertación en la figura de Teresa Urrea, su relación con Lauro Aguirre, y otros aspectos en torno a la publicación Tomóchic! Redención!, publicado por ambos en el periódico El independiente, en el siglo XIX.
A finales de 1892, durante el Porfiriato, comentó que en el pueblo de Tomóchic (Chihuahua) existía un conflicto entre autoridades y habitantes que había durado más de una década. “Se debía, en parte, a que los tomóchics habían sido tildados de fanáticos y difamados por las autoridades eclesiásticas. Adoraban a Teresa Urrea —una adolescente y conocida como la ‘santa de Cabora’— por sus poderes curativos”, destacó el investigador.
Además, enfatizó en que este levantamiento —convertido en campaña de exterminio— permite trazar cómo las políticas porfiristas del despojo, de la centralización del poder y de la dominación eclesiástica, terminaron “colmando la paciencia de los tomóchics” y provocaron su rebelión. Cerró su disertación, comentando que en las últimas décadas del Porfiriato, “el surgimiento de nuevos conflictos con el Gobierno y la aparición de nuevas solidaridades entre etnias y clases, contribuyeron a producir nuevas formas de pensar, escribir y organizar” que desembocaron en una experimentación periodística.
Hilda Vanessa Galindo Castro. Entre la fe y el mito al hecho masónico en Sinaloa, siglo XIX.
La investigadora independiente, Hilda Vanessa Galindo, analizó la masonería en Sinaloa y la limitante del uso de las fuentes históricas, debido a la época muchas de estas fuentes podrían ser alteradas, precisó. Es por eso que recurrió como fuente histórica a los monumentos, es decir, lo arquitectónico y la iconografía masónica expuesta en lo público también en la prensa.
Definió a la masonería como una sociedad de individuos organizados de tipo humanista y fraternal con prácticas y estudios filosóficos, basados en el libre pensamiento y que abrazan todas las ideas del saber. Con lo anterior, explicó que con la llegada de Benito Juárez al poder, y la construcción de ideales libertarios, se convertiría en la imagen de la masonería iniciado en el Rito Nacional Mexicano, el cual fue fundado por José María Mateos en 1825.
Mencionó que, a su vez, en Sinaloa “la disputa de grupos políticos continuaba bajo el mandato del gobernador Vega, quien reprimía las conspiraciones y pronunciamientos que se daban por parte de sus adversarios masones”, entre los que destacó a: Antonio Rosales, Miguel Ramírez y Remedios Meza. Finalizó con la identificación de elementos masónicos en diferentes monumentos del espacio público en Sinaloa.