12 de mayo 2021
La primera sesión de la 24ª edición del Seminario la Religión y los Jesuitas en el Noroeste Novohispano —auspiciado por El Colegio de Sinaloa— se llevó a cabo este miércoles 12 de mayo; participaron los académicos: Dr. Pablo Abascal, Dra. Cristina Urías y Dr. Wilfrido Llanes.
A manera de introducción, el antropólogo Carlos Zazueta —director de Acervos Históricos y Biblioteca— en una breve historia, mencionó la evolución que ha tenido estos 24 años el Seminario de Jesuitas, desde su inicio en 1997 coordinado por el antes presidente de El Colegio de Sinaloa, el Dr. José Gaxiola. Posteriormente, sería Carlos Zazueta en el año 2000, quien tendría la responsabilidad de organizarlo hasta el día de hoy.
Correspondió al Dr. Pablo Abascal Sherwell Raull iniciar esta mesa de actividades, expuso que el objetivo principal de su ponencia es analizar la fundación y desarrollo de la provincia de México durante los generalatos y brevemente de Gerardo Mercuriano en un principio, pero sobre todo Claudio Dávila, poniendo principal atención en las instituciones que se abrieron durante sus gobiernos y diferentes estrategias de educación y evangelización que siguieron dependiendo de la población a la que se dirigían, de ahí el nombre de la ponencia ¿Construir una provincia misionera o de colegios? El debate institucional en torno a la provincia de México durante el generalato de Claudio Aquaviva (1581-1615).
Pablo Abascal enfatizó en su disertación la importancia del Tercer Concilio Provincial Mexicano de 1585, en el cual se llegó a la conclusión de convertir a los grupos indígenas a través de la paz y la persuasión en lugar de la guerra. En este concilio se reiteró la importancia de predicar a los indios en su propia lengua como una forma efectiva de evangelización.
Después del Concilio, la provincia mexicana adoptó una nueva fisionomía, el número de españoles y africanos aumentó, por lo que los jesuitas tuvieron que buscar maneras de organizar estos diferentes grupos, construyendo así distintas instituciones. El historiador dijo que para 1592 las casas de los Jesuitas del área de Mesoamérica ya tenían el estatus de Colegios y Residencias, en cambio, las del Norte eran las únicas con el estatus de Misiones.
Para llevar a cabo su cometido con los indios, los jesuitas aprendieron las lenguas indígenas, esto se convirtió en una tarea crucial para el proyecto misionero y, por consiguiente, para la impartición de los sacramentos. Asimismo, el Dr. Abascal señaló que uno de los objetivos de los misioneros fue convertir a las culturas indias en culturas con escritura, pues sus pictogramas no podían ser trascriptos de forma efectiva.
El investigador subrayó que el Tercer Concilio señaló que cada grupo (españoles, indígenas, africanos) debía ser enseñado de acuerdo a su capacidad, poniendo principal atención al uso de las lenguas y la escritura. Como resultado de su investigación pudo ver que la función de los establecimientos jesuitas varió con el grupo al que lidiaban y a partir de ello se veía la lengua de impartición.
De la misma manera, Pablo Abascal explicó que para analizar las diferentes estrategias de evangelización y educación en el generalato de Claudio Aquaviva, se enfocaría en tres tipos de instituciones jesuitas de a fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII: El Colegio de México, los Seminarios de San Gregorio y San Martín para indios, y la Misión de San Luis de la Paz.
A manera de conclusión, Pablo Abascal mencionó que si bien, el rey de España envió a los jesuitas al virreinato con el objetivo de dedicarse a los indios, la realidad a la que se enfrentaron —por ejemplo, sobre la diversidad de las lenguas— ocasionó que este mandato tuviera que cambiar. Como resultado se establecieron diferentes instituciones para atender las necesidades misioneras y educativas del virreinato, por lo que la Provincia tuvo una doble función.
Así, el panorama que estaba cuando Aquaviva murió en 1615 era de una Provincia muy mixta hasta 1767. La Provincia, en el tiempo de Aquaviva, tenía un carácter misionero en el norte, un perfil educativo en las ciudades españolas —en un inicio solo en el centro— y después en las ciudades que se abren en el norte donde también misionaban con los indios. Cabe agregar que los colegios estaban vinculados a la formación de hombres de letras, principalmente para los españoles, donde idioma de instrucción más importante era el latín.
La primera sesión de la 24ª edición del Seminario la Religión y los Jesuitas en el Noroeste Novohispano —auspiciado por El Colegio de Sinaloa— se llevó a cabo este miércoles 12 de mayo; participaron los académicos: Dr. Pablo Abascal, Dra. Cristina Urías y Dr. Wilfrido Llanes.
A manera de introducción, el antropólogo Carlos Zazueta —director de Acervos Históricos y Biblioteca— en una breve historia, mencionó la evolución que ha tenido estos 24 años el Seminario de Jesuitas, desde su inicio en 1997 coordinado por el antes presidente de El Colegio de Sinaloa, el Dr. José Gaxiola. Posteriormente, sería Carlos Zazueta en el año 2000, quien tendría la responsabilidad de organizarlo hasta el día de hoy.
Correspondió al Dr. Pablo Abascal Sherwell Raull iniciar esta mesa de actividades, expuso que el objetivo principal de su ponencia es analizar la fundación y desarrollo de la provincia de México durante los generalatos y brevemente de Gerardo Mercuriano en un principio, pero sobre todo Claudio Dávila, poniendo principal atención en las instituciones que se abrieron durante sus gobiernos y diferentes estrategias de educación y evangelización que siguieron dependiendo de la población a la que se dirigían, de ahí el nombre de la ponencia ¿Construir una provincia misionera o de colegios? El debate institucional en torno a la provincia de México durante el generalato de Claudio Aquaviva (1581-1615).
Pablo Abascal enfatizó en su disertación la importancia del Tercer Concilio Provincial Mexicano de 1585, en el cual se llegó a la conclusión de convertir a los grupos indígenas a través de la paz y la persuasión en lugar de la guerra. En este concilio se reiteró la importancia de predicar a los indios en su propia lengua como una forma efectiva de evangelización.
Después del Concilio, la provincia mexicana adoptó una nueva fisionomía, el número de españoles y africanos aumentó, por lo que los jesuitas tuvieron que buscar maneras de organizar estos diferentes grupos, construyendo así distintas instituciones. El historiador dijo que para 1592 las casas de los Jesuitas del área de Mesoamérica ya tenían el estatus de Colegios y Residencias, en cambio, las del Norte eran las únicas con el estatus de Misiones.
Para llevar a cabo su cometido con los indios, los jesuitas aprendieron las lenguas indígenas, esto se convirtió en una tarea crucial para el proyecto misionero y, por consiguiente, para la impartición de los sacramentos. Asimismo, el Dr. Abascal señaló que uno de los objetivos de los misioneros fue convertir a las culturas indias en culturas con escritura, pues sus pictogramas no podían ser trascriptos de forma efectiva.
El investigador subrayó que el Tercer Concilio señaló que cada grupo (españoles, indígenas, africanos) debía ser enseñado de acuerdo a su capacidad, poniendo principal atención al uso de las lenguas y la escritura. Como resultado de su investigación pudo ver que la función de los establecimientos jesuitas varió con el grupo al que lidiaban y a partir de ello se veía la lengua de impartición.
De la misma manera, Pablo Abascal explicó que para analizar las diferentes estrategias de evangelización y educación en el generalato de Claudio Aquaviva, se enfocaría en tres tipos de instituciones jesuitas de a fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII: El Colegio de México, los Seminarios de San Gregorio y San Martín para indios, y la Misión de San Luis de la Paz.
A manera de conclusión, Pablo Abascal mencionó que si bien, el rey de España envió a los jesuitas al virreinato con el objetivo de dedicarse a los indios, la realidad a la que se enfrentaron —por ejemplo, sobre la diversidad de las lenguas— ocasionó que este mandato tuviera que cambiar. Como resultado se establecieron diferentes instituciones para atender las necesidades misioneras y educativas del virreinato, por lo que la Provincia tuvo una doble función.
Así, el panorama que estaba cuando Aquaviva murió en 1615 era de una Provincia muy mixta hasta 1767. La Provincia, en el tiempo de Aquaviva, tenía un carácter misionero en el norte, un perfil educativo en las ciudades españolas —en un inicio solo en el centro— y después en las ciudades que se abren en el norte donde también misionaban con los indios. Cabe agregar que los colegios estaban vinculados a la formación de hombres de letras, principalmente para los españoles, donde idioma de instrucción más importante era el latín.
