24 de febrero de 2025.
Ante estudiantes y docentes de la Universidad Autónoma de Occidente, Unidad Regional Los Mochis, la Dra. María Aurora Armienta Hernández —miembro de El Colegio de Sinaloa— disertó la conferencia: Relevancia de la geología médica en México, el viernes 21 de febrero del año en curso, en el aula magna de la Universidad en comento.
La actividad contó con la presencia del M.C. Ricardo Bojórquez Grijalva, director de la Unidad Regional Los Mochis de la UAdeO; así como la Dra. Sylvia Paz Díaz Camacho, miembro de este organismo colegiado.
En un inicio, la doctora Armienta señaló que México es país con una geología muy variada y de actividad geológica como volcanes o los sismos, “todo eso está relacionado con nuestra salud”, precisó. Por lo que procedió a definir la geología médica, la cual es la relación científica entre los factores geológicos y su impacto en la salud, tanto de los seres humanos como de los animales.
El impacto puede ser de diferentes maneras, mencionó que una de ellas es una elevación rápida de niveles de especies tóxicas que pueden llegar a concentraciones peligrosas para la salud, como es el caso de una erupción volcánica. Otro proceso es un aumento lento, a lo largo del tiempo, hasta que se alcanzan concentraciones que pueden causar un daño a la salud, si se está expuesto a periodos prolongados, como puede ser la exposición a arsénico y al fluoruro, “que aparentemente no afectan a nuestra salud, pero que si llevamos cuatro o cinco años expuestos pueden causar enfermedades muy graves”, agregó.
Compartió las principales fuentes de donde provienen estos elementos potencialmente tóxicos: erupciones volcánicas, procesos que alteran a las rocas como el intemperismo, añadió que “esto va hacia las aguas subterráneas”.
La doctora Aurora Armienta subrayó que como las aguas subterráneas están en el subsuelo, es decir, en contacto directo con las rocas, al estar en interacción continua pueden tomar elementos de estas rocas, algunos benéficos, pero otros pueden resultar tóxicos. Con base en lo anterior, conviene destacar que el 60 por ciento de la población subsiste del agua subterránea, misma que proviene de 653 acuíferos.
¿Cómo se altera la calidad de esta agua? Explicó que una de las maneras es la intrusión salina, sobre todo en los pozos cerca de las costas; los nitratos, que provienen principalmente de los fertilizantes; coliformes, por residuos humanos y/o animales, descargas de ciertas industrias; elementos como el arsénico, flúor, hierro, manganeso y cromo, siendo los que más abundan en el agua subterránea del país; así como compuestos orgánicos que actualmente están identificándose pero que provienen principalmente de las industrias y de las aguas municipales.
Comentó que se puede encontrar grandes cantidades de flúor en aguas subterráneas, sobre todo en el centro y hacia el noroeste de México, así como en algunos lugares del noreste; mencionó que en San Luis Potosí hay niveles altos de flúor.
Entre diversos aspectos, María Aurora Armienta expresó que México es un país con una gran riqueza minera, Sinaloa siendo un estado con una importante cantidad de minerales. En este rubro, habló que Ojuela en Durango es el lugar con más presencia de minerales de arsénico, hasta 29 minerales de arsénico, determinó. “En esas zonas como se ha procesado el mineral, se han depositado residuos, que son los jales mineros y esta es otra fuente de arsénico”, por lo que procedió a platicar sobre su caso de estudio en Zimapán, Hidalgo, donde uno de los pozos tiene las mayores concentraciones de arsénico del país. Algunas de las enfermedades que han presentado los pobladores son problemas en la piel y diabetes.
Como una de las propuestas para solucionar el problema en Zimapán, mencionó la construcción de un acueducto que al estar lejos de la población, los gastos de electricidad son elevados; además, se instaló una planta de tratamiento para remover el arsénico, pero comentó que a lo largo del tiempo se ha descuidado en términos de mantenimiento. No obstante, “hemos encontrado también que puede haber una alternativa geológica para remover el arsénico y el fluoruro, se trata de una roca que está en los alrededores de Zimapán, de la formación Soyatal que tiene mucha calcita. Alrededor de 80 por ciento del arsénico se remueve, poniendo la roca en contacto con el agua”.
A partir de estas consideraciones, María Aurora Armienta concluyó que en la prevención de los riesgos a la salud y su solución es indispensable involucrar a la geología.