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Relaciones científicas y personales con Europa del Este, artículo de Octavio Paredes López en la revista México Educativo

2 de septiembre de 2022.

Desde estudiante en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, y desde la Vocacional 3 misma, ambas del Instituto Politécnico Nacional siempre me llamaron la atención los aspectos académicos, científicos, folclóricos, y culturales en lo general, de lo que ocurría en los países de la entonces Unión Soviética. Por relaciones familiares muy cercanas, conocía y leía los aspectos distintivos de la educación en los Estados Unidos, sobre todo el tipo de estudios de posgrado que podrían ser de mi interés. Sin embargo, los espectaculares avances tecnológicos, sobre todo espaciales, de la ahora ex-Unión Soviética me parecían cautivantes.

Por lo anterior, en la década de los 70´s del siglo pasado, a través de la Oficina de Relaciones Internacionales del Instituto Politécnico Nacional (por cierto con una actividad y sagacidad envidiables en la época, nada parecido a la burocratización posterior y que quizá se preserva actualmente) obtuve una beca de la UNESCO para efectuar estudios de maestría en ingeniería bioquímica, nada menos que en la Academia Checa de Ciencias; institución que en esos años tenía una extraordinaria potencia científica en diversos campos del conocimiento.  

En Praga aprendí como generar ciencia de primer nivel cuando no siempre se tienen todos los recursos materiales para ello. Lo de “primer nivel” se demostró ya que nuestro trabajo se publicó en un lugar destacado en la revista científica líder mundial de su campo; por cierto, constituyó mi primera publicación internacional. Enseñanzas checas que fueron fundamentales en mis aspiraciones de liderazgo científico. En Praga aprendí, además, la enorme importancia concedida por checos y eslovacos a un generoso y amigable trato humano; y a la mayúscula atención otorgada a la cultura durante la formación académica. Praga es, para mi gusto una, y quizá la meramente, de las ciudades más atractivas del orbe; y sin tantas presunciones de sus habitantes, como ocurre con otras urbes europeas. 

Sin ánimos de entrar en las diversas visiones que se percibían en la política entre los países del este de esa región, comencé a tener también relaciones académicas con Rusia, Ucrania, Polonia y otros. De esta manera, a inicios del siglo XXI, y especialmente en la década siguiente, a través de la Academia de Ciencias de Ucrania se llevaron a cabo varias interacciones y colaboraciones académicas. También, tuve la oportunidad de ser profesor invitado en una universidad polaca, localizada en Olsztyn. Y las autoridades de la National University of Food Technologies (NUFT) que está en Kiev, Ucrania, me invitaron a dar charlas y así posteriormente me convertí en una especie de profesor asociado.

Hace aproximadamente unos tres años invité a los académicos de esta Universidad a escribir un libro con una destacada editorial de los Estados Unidos en donde funjo como uno de sus editores generales. Un poco más de 20 de nuestros colegas ucranianos aceptaron; seleccionaron a tres de ellos para actuar como editores de este trabajo; y dentro de ese grupo selecto, tengo la fortuna de ser el único extranjero que participa en esta obra. Antes de finalizar el 2022, ésta saldrá al mercado internacional; y he cedido los derechos para que la Universidad citada reproduzca el libro en idioma ucraniano y ruso. La ceremonia de presentación de la publicación estaba programada para noviembre del 2022 en Kiev; pero el conflicto actual no lo permitirá.

El Rector, y la H. Junta de Gobierno, de la NUFT, decidieron otorgarme en julio del año en curso un Certificado de Aprecio, y lo mismo hicieron los académicos correspondientes. Estoy anexando las distinciones recibidas. Es quizá pertinente reiterar que es el momento de expresar los deseos personales para que los conflictos actuales entre la Federación Rusa y Ucrania se solucionen mediante el diálogo constructivo; y la hermandad histórica de ambos pueblos se exprese fehacientemente sin injerencias foráneas.              México Educativo No. 70, artículo del Dr. Octavio Paredes López, Premio de la Academia de Ciencias del Mundo en Desarrollo (TWAS), Italia. Premio Nacional de Ciencias. Investigador Emérito del Cinvestav-IPN y del SNI-Conacyt. Agosto de 2022.

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