26 de mayo 2021
A considerar la importancia de san Ignacio de Loyola en la Compañía de Jesús, la Dra. María del Consuelo Maquívar —distinguida historiadora— disertó la conferencia Iconografía de san Ignacio de Loyola en la 24° edición del Seminario la Religión y los Jesuitas en el Noroeste Novohispano, el miércoles 26 de mayo por la plataforma digital de YouTube.
El análisis está basado en el rostro del santo (retratos), su vida en grabados y pinturas, imágenes esculpidas y en las reproducciones hispanoamericanas, así lo señaló la Dra. Maquívar.
“Dentro de la iconografía religiosa de la Iglesia Católica no hay el interés de retratar a los santos”, esto debido a que el arte religioso idealiza a los personajes, a sus santos, apuntó la historiadora. Con ello, fue Alfonso Sánchez Coello el primero en hacer el retrato de san Ignacio ya fallecido, a partir de una mascarilla sacada al cadáver del santo. Las características del santo que predominarían en todas las producciones de sus retratos son la nariz aguileña, su estatura baja de 1.56 metros, la calva pronunciada, la barba gris y corta y los ojos hundidos por párpados hinchados. La académica señaló que este último rasgo correspondía a las lágrimas derramadas durante sus visiones místicas.
También expresó que con el retrato realizado por Alfonso Sánchez se suscitaron las posteriores producciones de retratos del santo; esto provocó que, mientras a otros santos los idealizaban en sus pinturas, a san Ignacio de Loyola se pretendió siempre conservar su rostro.
Propiamente la iconografía ignacia surge y se reproduce en España entre los pontificados de Paulo V y de Gregorio XV, periodos en los que corresponde la beatificación (1609) y la canonización (1622) de san Ignacio, respectivamente. La investigadora mencionó que a partir de su canonización es que aparece el elemento de la aureola en sus retratos, aprovechándose esta para inscribir el lema de la Compañía.
Asimismo, comentó que los grabados dentro de la biografía del santo —construida por Pedro de Ribadeneira y que se mandó a ilustrar para celebrar su beatificación con Pedro Pablo Rubens y Jean Baptiste Barbé— serán los que originen toda la iconografía posterior, como la de Juan de Valdés Leal, Cristóbal de Villalpando y Miguel Cabrera, entre otros.
A través de imágenes de pinturas, esculturas y alegorías, la Dra. Consuelo Maquívar dio cuenta de las representaciones de san Ignacio, también realizadas por artistas novohispanos como Higinio de Chávez, y en las cuales se puede no solo encontrar las correspondencias con los grabados de la biografía por Ribadeneira sino rescatar datos importantes de las costumbres y creencias bajo las que se edifica la Compañía de Jesús, considerando que san Ignacio de Loyola fue su fundador.
