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Gilberto López Alfaro y Angélica González Torres analizan procesos de secularización en seminario sobre religión en el noroeste de México

12 de diciembre de 2024.

En el segundo día de actividades del Primer Seminario Internacional Religión y Secularización en el Noroeste de México —coordinado por el Dr. Roberto Blancarte—, el Dr. Gilberto López Alfaro y la Lic. Angélica González Torres compartieron sus trabajos de investigación en la Mesa 4: Procesos de secularización en el Noroeste de México, el jueves 5 de diciembre del presente año, de forma virtual.

Gilberto López Alfaro. Historia de larga duración de los procesos de secularización en Sinaloa.

En la introducción, Gilberto López Alfaro —de la Universidad Autónoma de Sinaloa— señaló que en este proceso de secularización que sufrió la Iglesia católica en México, ésta se convierte en una institución más “y pierde esa pretensión globalizante que tenía la Iglesia católica”. Agregó que la secularización se manifiesta con aspectos de diferenciación institucional, desarrollo de valores y normas institucionales, por lo que esta especialización de las instituciones permitió una dinámica histórica en cada región.

“Las relaciones entre la Iglesia y el Estado existen mediante una convivencia de conveniencia”; argumento que busca comprender los procesos de secularización mediante el concepto de laicización. “Esta propuesta de la convivencia de conveniencia me permite entender que el Estado y la Iglesia católica se basan en la necesidad de negociación entre ambas partes”, por lo que —añadió— estas relaciones han variado según acuerdos y desacuerdos de los involucrados.

Con respecto a Sinaloa, explicó que durante el conflicto religioso de 1926 a 1929, existieron factores como la participación de las mujeres en favor del restablecimiento del culto católico y la búsqueda de la reapertura de los templos, ya en el periodo de 1934 a 1939.

Entre diversos aspectos, indicó que —en el Sinaloa— el clero siguió una agenda distinta a otras regiones del país, debido a la falta de consideraciones del contexto regional.

Angélica González Torres. Imagen sin semejanza: el busto de Jesús Malverde como ídolo civil-religioso.

La investigadora independiente, Angélica González Torres, comentó que su trabajo gira en torno a un análisis iconográfico a la imagen de Jesús Malverde, específicamente el busto de este personaje, situándose en el siglo XX y el génesis de esta imagen.

Como punto de partida, cuestionó: ¿Cómo se construye un santo? ¿Cómo decidimos representar a una nueva deidad o devoción? Mediante algunas imágenes, como la de la capilla de Malverde, Angélica González analizó estas formas de devoción para dar respuesta a las preguntas iniciales. Entre sus consideraciones, detalló que “el busto es la columna vertebral del culto a Jesús Malverde en la contemporaneidad”.

Cabe mencionar que Jesús Malverde era una especie de Robin Hood mexicano, “acechaba los caminos espinosos de la región de Sinaloa y lo que robaba, sobre todo a hacendados, lo entregaba a los pobres”, expresó. Por estas razones fue ejecutado por el Gobierno de Sinaloa. Agregó que por muchos años el sitio de veneración fue la tumba de este personaje (junto a las vías del tren en Culiacán).

Como dato, compartió que Eligio González, quien fue ayudado por Malverde en un milagro, construyó una capilla al bandolero fallecido; “en el momento en el que está este nuevo sitio de veneración y que todos los peregrinos viajan a esta capilla, Eligio se da cuenta que no tiene nada que venderles, nada que se lleven de recuerdo de su visita. Entonces a partir de esta necesidad (comercial) es que comisiona la creación del busto de Jesús Malverde”, aclaró la investigadora.

¿Qué vemos en el busto? Indicó que para empezar es el busto de un héroe civil y que las facciones que siempre se mantiene son: la piel blanca, el cabello negro, las cejas, el bigote, así como la camisa vaquera. “Lo que vemos es un hombre con esta fisionomía racial identitaria de lo que es ser sinaloense”, enfatizó. Finalmente, subrayó que el culto a Malverde o en la construcción de él como santo, no hay un apoyo institucional de la Iglesia católica o de la diócesis de Culiacán, la cual rechaza la veneración a Malverde; por lo que el uso de su imagen no está regulado por ningún tipo de decoro o normatividad, como lo vemos en otras figuras religiosas que acaban de ser santificadas en este siglo como Juan Pablo II.

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