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Sebastián Díaz de la Torre invita a los estudiantes del CONALEP II de Los Mochis a vivir la adolescencia de forma proactiva y responsable

16 de octubre 2025.

“Estoy aquí con todo mi amor y todo mi cariño porque ¿qué creen? Yo también fui adolescente, y déjenme decirles que lo único constante en esta vida es el cambio”, así inició su conferencia La adolescencia aquí estoy… ¡y voy con todo!, el doctor Sebastián Díaz de la Torre —destacado investigador del Instituto Politécnico Nacional—, el miércoles 15 de octubre del año en curso, ante estudiantes del Conalep II de Los Mochis, Sinaloa.

La actividad se desarrolló en el marco del programa Con C de Ciencia —auspiciado por El Colegio de Sinaloa para el nivel de bachillerato— y contó con la presencia del Ing. Ildefonso Medina Robles, director del Conalep II de Los Mochis; el Dr. Enrique Villa Rivera, miembro titular de El Colegio de Sinaloa, la Lic. Kiabeth Medellín Lara, directora de Educación del Municipio de Ahome, el Lic. Alejandro Brito Acuña, jefe de Servicios Regionales zona norte de la SEPyC, y de la Lic. Lydia Concepción Celaya, secretaria general y representante del presidente de El Colegio de Sinaloa, Mtro. Élmer Mendoza.

Con un formato ameno, Sebastián Díaz charló con los estudiantes sobre los cambios que sufre el cerebro y el cuerpo en general, desde los 12 a los 18 años. En la adolescencia hay cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales: “en estos momentos están teniendo cambios mentales, aunque no lo sepan, porque van a dejar de ser plebes. Algo está pasando en sus cabezas que no los deja concentrarse; su cuerpo está aquí pero su mente está en otro lado y esto es algo típico de los adolescentes, no es culpa de ustedes”, comentó el doctor Díaz de la Torre.

Asimismo, detalló las etapas del cerebro desde el nacimiento: la etapa del desarrollo estructural (crecimiento físico y mielinización), y la etapa funcional (circuitos de control y regulación). Pero, comentó, que a la edad de dos años el cerebro tiene una poda sináptica, es decir, empiezan a eliminarse conexiones que no se usarán. “Jóvenes, a esta edad su cerebro funciona distinto al de un adulto como yo, a esta edad aún no llega a su plenitud de desarrollo fisiológico, no es hasta los 25 años cuando el cerebro termina su desarrollo”, señaló el investigador del Politécnico Nacional. De igual manera, Sebastián Díaz explicó las diferencias en las que el cerebro adulto y el cerebro adolescente están ligados. Esto se debe a que la corteza frontal madura más tarde, el adolescente suele usar áreas emocionales del cerebro para tomar decisiones, es decir, utilizan la amígdala, priorizando reaccionar más por impulso que por racionamiento. En cambio, en el cerebro adulto las emociones se procesan en la corteza prefrontal, una reacción relacionada con el racionamiento y la reflexión.

También compartió la importancia de la presencia de sus papás en su formación: “ellos dos hicieron de mí, en gran medida, lo que soy y yo no sabía qué era lo que quería ser, sólo quería viajar. Hay que ser proactivos, lo que significa ser responsables, hay que responsabilizarse de tus actos, de lo que piensas, de lo que dices, de lo que haces y de lo que no haces; o son responsables, o son víctimas o son espectadores, la elección es suya”, remarcó.

El doctor Sebastián aconsejó a los estudiantes comenzar sus días con un fin en la mente. Despertarse con un plan de acción, preguntarse: ¿qué haré este día? ¿Cómo usaré las horas de este día? ¿Qué es lo que tengo que hacer sí o sí? Eso es tener un plan en la mente, no es ir y ver qué es lo que pasa, hay que anticiparse. Saber identificar qué es lo primero y lo prioritario, ya que lo primero es lo que no puede dejar de hacerse.

Además de ser responsable, el experto en Materiales comentó que, también, es de suma importancia ser disciplinado. “La disciplina es hacer eso que sabes que tienes que hacer y no lo haces. Es entregarte rápido a lo que se debe hacer, aunque no quieras hacerlo”. Hizo énfasis en que hay que entender que —si no se intenta cambiar por voluntad propia— la vida te forzará a hacerlo. “Para que una persona cambie sólo hay tres razones: sufrió demasiado, se cansó de lo mismo, o le salió muy caro (pagando tiempo y/o dinero)”.

“Cuando me fui a estudiar a Japón, a pesar de que no hablaba bien inglés ni japonés, las personas me trataban con mucho respeto y eso me permitió entender que me estaban dando una oportunidad, pero no eran ellos, era mi cabeza la que transmutaba todo a un panorama que yo mismo me estaba abriendo: la visualización de que las cosas se pueden materializar, en donde está tu pensamiento está tu energía. La constancia es la clave: disciplina, trabajo, vergüenzas, disciplina, tienes que hacerlo”, finalizó Sebastián Díaz de la Torre.

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