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Las autoridades civiles respaldaron a la Compañía, lo que permitió que los jesuitas avanzaran en el proceso de evangelización: Wilfrido Llanes

12 de mayo 2021

Al considerar que su perspectiva abona a la historiografía local-regional del Noroeste de México, el Dr. Wilfrido Llanes participó en la 24° edición del Seminario de Jesuitas en el Noroeste Novohispano, en su primera sesión, con la conferencia Primer intento de secularización de las misiones jesuitas de la provincia de Cinaloa 1636-1638, el miércoles 12 de mayo, de manera virtual a través de la plataforma YouTube institucional.

El Dr. Wilfrido Llanes dijo que el tema explora el arranque de un proceso mayor llamado secularización de las misiones jesuitas del Noroeste Novohispano y el intento del segundo obispo de Durango, Alonso Franco y Luna de secularizar muy tempranamente las misiones jesuitas establecidas en la provincia de Sinaloa entre 1636 y 1638.

Aclaró que desde 1620 hasta 1779, Sinaloa perteneció en términos eclesiásticos diocesanos a Durango. Desde ese momento existe registro del tipo de relación que los jesuitas mantuvieron con las autoridades seculares y eclesiásticas. Con ello, el historiador señaló que el caso tiene que ver con la postura del obispo Alonso Franco y Luna frente a los intereses de los jesuitas en la región Noroeste de la diócesis (en la Villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa).

Explicó que este personaje cuestionó algunos procedimientos importantes dentro de la administración de las misiones y su propio proyecto misionero, a partir de su visita pastoral en el norte del obispado en 1636. Esto debido a que la Compañía había conseguido importantes ganancias, mismas que las hizo saber al Márquez de Cadereyta —virrey de la Nueva España— destacando el importante número de cabezas de ganado que poseían los jesuitas, así como la fertilidad y abundancia de las tierras. El Dr. Llanes agregó que todo esto era administrado por los jesuitas con el trabajo de los indios —aproximadamente setenta mil— y que, además, no pagaban el tributo ni diezmo.

Señaló que estos aspectos y otros se debatieron en el Consejo de Indias donde se llegó a la conclusión de que no era posible lograr un acuerdo si no se contaban con mayores detalles sobre la situación. Lo que suscitó una serie de discusiones entre algunos jesuitas reunidos por Andrés Pérez de Ribas —provincial de la Compañía en ese momento— para resolver las cuestiones marcadas por el obispo, posturas prematuras según Wilfrido Llanes.

El historiar comentó que al final las autoridades civiles respaldaron a la Compañía, y esto permitió que los jesuitas lograran avanzar en el proceso de evangelización. Agregó que lo anterior fue una derrota monumental para la autoridad, para el obispo de Durango, quien buscó imponerse sin lograrlo.

El Dr. Wilfrido Llanes concluyó comentando que “la importancia de entender los procesos en su conjunto, aun cuando el caso expuesto tiene que ver con un punto de arranque, es decir, con el primer intento de secularizar las misiones de Sinaloa, habrá que ver hasta dónde —más allá de la expulsión de la Compañía de esta región— terminó resultando el proceso de evangelización de la Compañía”.

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