10 de diciembre de 2024.
Para comenzar con las disertaciones del Primer Seminario Internacional Religión y Secularización en el Noroeste de México, los académicos Dr. Rafael Ayala Aragón, Lic. Rubén Ahumada Muñoz, la Dra. Angélica Barrios Bustamante y el Lic. Juan Fernando Guerrero González participaron en la Mesa 1: Religión y creencias en el noroeste mexicano en el periodo prehispánico y virreinal, el miércoles 4 de diciembre del año en curso, a través de plataformas digitales.
Rafael Ayala Aragón. La fe a la sombra de la cruz en Sinaloa virreinal.
En su disertación, Rafael Ayala —de la Universidad Autónoma de Sinaloa— abordó a los santos patronos que se desarrollaron y que estuvieron presentes en la época virreinal. Explicó que en su trabajo de investigación se enfocó en este ejército celestial: quiénes estuvieron presentes, quiénes estuvieron en los pueblos, dónde la comunidad indígena y la comunidad española depositaban su fe. En este ejército de la fe, señaló que se encontraría a Jesús, María, la Divina Trinidad, la Sagrada Familia, santos bíblicos, los apóstoles de Jesús, los santos patronos y las advocaciones Marianas.
Entre los santos patronos que presentó están: santa Lucía del pueblo de San Sebastián; santa Ana del pueblo de San Sebastián, Bacubirito y pueblo de Bamoa; santa Bárbara, en los pueblos de San Sebastián y de Mazatlán; santa Verónica del pueblo de San Benito; san Juan Bautista de los pueblos de Santa Lucía, de San Juan de Alaya y de Bamoa; san José del Real de San José de Copala, de la Villa de San Sebastián, del Real de minas de Nuestra Señora del Rosario, de Villa de Sinaloa y de los pueblos de Mazatlán, San José de Alaya, de San Miguel de Mocorito, de San Lorenzo de Ohuera y de Bamoa; por mencionar algunos.
Rubén Ahumada Muñoz. La exploración jesuita del norte de la Nueva España, la misión jesuita de los padres Gonzalo de Tapia y Martín Pérez en el siglo XVI-XVII.
Rubén Ahumada —de El Colegio de San Luis A.C.— mencionó que su objetivo es comprender el proceso misionero que se realizó a finales del XVI y principios del siglo XVII, desde la ciudad de Pátzcuaro hasta las misiones jesuitas de San Felipe y Santiago de Sinaloa por parte de los padres de la residencia de Pátzcuaro. “Todo esto como parte de un proceso organizado por la Corona española para colonizar y evangelizar la región del Septentrión novohispano”, agregó. De la misma manera, expresó que no sólo se trata de cómo se organizó esta expansión misionera, sino también de comprender la misión doctrinaria y utópica establecida por la Compañía de Jesús entre diversos grupos indígenas.
Concluyó que se pueden rastrear diferentes consecuencias del proceso misional empleado en el Septentrión de la Nueva España, que se reflejó en la construcción cultural de la sociedad; por lo tanto, “nos acercamos a comprender las misiones de los padres jesuitas, no desde la búsqueda de leyes y modelos que se pudieron aplicar en cada una de ellas, sino desde la búsqueda de interpretaciones y significados, paradigmas e idiosincrasias que se muestran a través de las negociaciones cotidianas de los jesuitas con la población indígena”.
Angélica Barrios Bustamante. Evangélicos en el Valle del Évora, Sinaloa, un examen sociodemográfico a partir del censo de 1930.
Angélica Barrios —investigadora Conahcyt-Universidad Autónoma Indígena de México y quien tuvo que adelantar su participación— señaló que para su trabajo hace una distinción entre protestantes y pentecostales, para explorar el origen histórico y las cualidades sociodemográficas de estos primeros evangélicos en el Valle del Évora; a su vez, subrayó que estos datos permiten corregir algunos postulados que se han establecido en los estudios históricos y sociológicos a nivel mexicano y continental sobre los pentecostalismos. Expuso que en Sinaloa hubo congregaciones protestantes desde finales del siglo XIX, como la Metodista, Bautista y Congregacional en El Fuerte, Mazatlán y Culiacán.
“Son iglesias muy pequeñas, pero que se sostienen en el tiempo; su crecimiento fue lento, con mucha dificultad y oposición, pero más que oposición, estas iglesias se ven confrontadas por la indiferencia de la población, más que del catolicismo”, comentó.
Entre sus consideraciones finales, indicó que los pentecostales fueron más dinámicos en su acción evangelizadora, motivados por un sentimiento milenarista, comunicando un mensaje sencillo de transformación personal que alcanzó a varias redes familiares.
Juan Fernando Guerrero González. El papel del clero secular e “indios mexicanos” en la construcción de religiosidad de Nueva Vizcaya. Una aproximación mediante el culto al señor de Roncesvalles (1692-1766).
Para finalizar la primera mesa del Seminario, Juan Fernando Guerrero —de la Universidad Autónoma de Chihuahua— mencionó que el culto al señor de Roncesvalles se estableció en las inmediaciones de una hacienda llamada San Nicolás Roncesvalles, en la jurisdicción eclesiástica del Valle de San Bartolomé, espacio que se ubicó en el centro de la Nueva Vizcaya. “Conocer el proceso de formación del culto al señor de Roncesvalles nos permite rastrear el papel que tuvieron dos agentes históricos —el clero secular y los indios mexicanos— dentro de la formación de la religiosidad de la Nueva Vizcaya”, argumentó.
Durante su participación, concluyó que el culto al señor de Roncesvalles permite dimensionar o visualizar tres aspectos principales: el papel activo de los indios mexicanos y del clero secular en la formación de cultos; el proceso de transformación de cultos universalistas adaptados hacia los entornos locales; y el proceso de adaptación social que ocurrió en torno a la imagen del cristo de Roncesvalles.